martes, 20 de septiembre de 2011

POEMA DEL SER (del libro "En las delicias de Campo Esmeralda")









I

El universo gira absolutamente lento.

Tanto que nadie se percata
y al girar luminoso se expande:

es su giro nuestra infinita quietud.

Somos nosotros parte de todo
y giran en nosotros partes
infinitamente pequeñas del cosmos
pues cada átomo mío es átomo del universo.

Seremos luz una vez más
un hálito que espera
y parte de lo que fuimos un día
pues todo lo que ocupa un lugar en el espacio
cada una de sus partículas
nunca más dejará de ocuparlo:
será una vez esto y otra vez será aquello

y todo será parte de todo.















II

Mitos

a S. Hawking


“En el principio no existía absolutamente nada
hasta que el vacío empezó a girar.

La formación de las galaxias
no es producto de una explosión
sino del espacio que gira
y es el fotón el primer elemento manifiesto
de la formación del universo
en el vacío del cosmos.”

Si sabemos que las galaxias
se alejan constantemente unas de otras
y se alejan irremediablemente de nosotros
y que mientras más lejos están
más veloz es su huida

¿podríamos saber también
con una medición contraria a la expansión
el origen del tiempo?
















III


Deberá retornar a su centro
algún día
cada trozo que fragmentado
escapó de su origen:
dejó de ser quien al principio era
y fue otro
sin dejar de ser el primero.

Gira en el cielo la estrella
y la estrella es hija de un millón
el millón es hijo de miles de millones
y, así, nada sabemos
mientras el cosmos nos mira
perplejo desde su centro.
















IV


Inmensa tierra la nuestra
que gira en el cosmos
infinitamente pequeño el hombre que recoge semillas
y se las come
todo gira gira
un ojo inmenso mira su afán
y carcajéa.
















V


Caímos en la tierra madre solitarios
las montañas nos dieron forma con sus perfiles
los ríos acariciaron nuestros pies
aves, peces y gusanos nos precedieron
mientras llegábamos.

Después de estar en el universo
girando y girando
nuestros ojos cayeron en la tierra
se detuvo el infinito caminar
comimos semilla absorbimos agua.

Seguimos siendo parte de todo.

La soledad inicial nos acompaña
en el ciego peregrinar sobre el mundo.


































VI


Perplejo el hombre frente a la nada.
Todo y nada
dejan de tener sentido:
tenemos hambre.

El hombre
complejo ser bajo las estrellas.

—Se agita en el día
al medio día busca la muerte
vive en la noche
escapando del día.
















VII


Buscaré una ermita debajo de la tierra
saldré a batallar al mundo para destruirlo
mejor quédome acurrucado bajo la sombra de un castaño.
Miraré el horizonte lejano
y trataré de descubrir mi último camino.

Hombres nacidos de la tierra
mi muerte es mi muerte.














VIII

Ozono muerto en mi tierra


Mi dios el que veneraban mis antepasados
al que aun mis indios adoran

mi dios sol mi astro rey mi vital existencia

no puedo cantarte ahora.

Salgo a la vera del río
me lanzo en sus aguas
me tiendo en la orilla
tomo un poco de sol en la mañana
enfermedades incurables me sacuden
se me queman los ojos
en llamas arde la piel:
las capas protectoras del cielo
las hemos destruido.

Mis cerros y montañas nevadas
mis dioses protectores
mis achachilas se están muriendo
se derriten sus nevados
cambian sus formas:
mi escudo está perdiendo vitalidad.
Inti protector: cuál es tu enojo
—mataré mis llamas y te daré su sangre.
Montañas protectoras, por qué es tu llanto:
beberé agua de tus nevados
derretiré mi alma contigo
limpiaré los ríos —de peces blancos
protegeré a las palomas que lloran
en los tejados calientes
por sus patas
perdidas en la ciudad.




















IX


Al fin necesito también el otro lado de la noche
la belleza de las mujeres
la exuberancia de las selvas y los trópicos
cantos deliciosos su entorno.
Luz.
Eso necesito.



























X


El alma es un asunto olvidado.

El libre albedrío
es una trampa del mundo.